Cómo limpiar alpargatas sin dañarlas

Judith Durán
Judith Durán

Sabemos lo mucho que te gustan tus alpargatas. Son un calzado cómodo y duradero que te acompañan a todos lados, ¿verdad? Pero también sabemos que por ese diseño tan abierto y fresco que tienen, tienden a recoger bastante polvo y suciedad. 

Si tienes dudas de cómo limpiarlas sin dañarlas lo más mínimo, aquí estamos para ayudarte a que tus alpargatas se mantengan en perfecto estado con consejos para limpiarlas que funcionan. Síguelos y mantendrás tus alpargatas como nuevas mucho más tiempo.

¿Se pueden lavar las alpargatas de esparto?

Claro que sí puedes lavar tus alpargatas de esparto, pero hay que tener algunas cosas en mente para que queden perfectas sin daños. Hay que elegir con cuidado qué productos usar para no dañarlas. Gracias a los expertos en alpargatas de esparto LaValencianaCalzados por los consejos que nos han brindado para la realización de esta pequeña guía.

Comenzaremos quitando lo más fácil: con un cepillito suave le sacudimos el polvo y esas partículas de suciedad que se quedan en la superficie. Así, al sacar todo ese polvillo y las motitas de tierra o arena, cuando vayas a lavarlas, todo será más sencillo. Este paso previene que la suciedad se haga una con el agua y termine manchando más tus alpargatas.

Si tus alpargatas no están muy sucias lo mejor es optar por una limpieza en seco. Pasa un pañito húmedo o una esponjita con un toque de agua y jabón suave (siempre buscando que sea de pH neutro) por la superficie. Hazlo enfocándote en las zonas que veas más afectadas y con movimientos suaves para no dañarlas.

Si tus alpargatas están realmente sucias, tendrás que hacer un lavado más a fondo. Siempre a mano, eso sí. Toma un recipiente con agua tibia, echa un poco de jabón suave de pH neutro y sumerge tus alpargatas para lavarlas delicadamente. Recuerda, nada de frotar con fuerza, queremos cuidar sus fibras. 

Para el secado, nada de sol directo ni fuentes de calor, déjalas en un lugar donde corra el aire para que se sequen tranquilamente. Si puedes, dale forma a la tela mientras secan para que no pierdan su forma original.

No ignores el interior. A veces, solo nos enfocamos en la parte exterior de la alpargata, pero el interior también necesita atención para evitar olores y desgaste.

Cosas que no debes hacer

Recuerda, las alpargatas y la lavadora son enemigas mortales. El tambor de la lavadora puede ser un verdadero destructor de alpargatas, así que mejor lavarlas a mano. 

Nada de secadoras, secadores de aire caliente o exponerlas a calores intensos, eso podría dañarlas severamente.

Evita el agua en exceso: Aunque suene tentador lavarlas bajo un chorro de agua para quitar la suciedad, esto puede dañar la estructura del yute y otros materiales naturales de la suela, además de provocar que la tela se encoja o pierda color.

Evita productos químicos agresivos: Limpiadores fuertes, lejía o blanqueadores pueden ser muy dañinos. Estos productos pueden alterar el color y la textura de las telas y materiales de tus alpargatas.

No las almacenes en lugares húmedos: Guardar tus alpargatas en lugares con mucha humedad puede provocar la aparición de moho. Busca un lugar fresco y seco para almacenarlas.

Cómo limpiar unas alpargatas de tela

Primero que nada, un buen paso inicial es espolvorearlas con talco directamente en la mancha que quieras quitar, sobre todo si es reciente. Lo dejas por unas horitas haciendo su magia, absorbiendo toda la grasa y las marcas que no deberían estar.

Cuando haya pasado el tiempo, coge un cepillo de cerdas suaves y elimina el talco con un cepillado con suavidad. Esto es genial porque limpias sin ser demasiado brusco con la tela.

Si tus alpargatas son blancas y quieres volverlas a ver brillar, tengo un truco: mezcla un poquito de agua con amoniaco o jabón neutro. Esta mezcla es un quitamanchas fenomenal. Toma una esponjita o un pañito, mójalos en esta solución y pásalos con cuidado por la tela. Y ya que estás, dale también una pasadita por dentro del zapato.

El broche de oro es el secado. Es super importante no mojarlas demasiado para evitar olores poco agradables. Mi truco estrella es rellenarlas con papel de periódico y dejarlas en paz hasta que estén completamente secas. El periódico es un campeón absorbiendo la humedad y ayuda a que las alpargatas mantengan su forma.