Trucos para limpiar zapatillas Barefoot

Judith Durán
Judith Durán

Las zapatillas barefoot, también conocidas como calzado “descalzo”, se han vuelto indispensables para aquellas personas que buscan reconectar con su cuerpo sin verse obligadas a renunciar al diseño. Este tipo de calzado representa una auténtica vuelta a los orígenes, ya que se inspira en la forma en la que nuestros antepasados protegían sus pies sin interferir en su estructura y su desarrollo natural. Aunque en la actualidad solemos buscar la estética, la funcionalidad y la versatilidad, las zapatillas barefoot han logrado integrar todos estos elementos, respetando a su vez la forma y el funcionamiento original del pie.

Gracias a su diseño ergonómico, las zapatillas barefoot permiten que el pie se mueva libremente, sin constricciones. Esto favorece el fortalecimiento de los músculos, pero también ayuda a mejorar la alineación corporal y reduce el riesgo de sufrir lesiones a largo plazo. Problemas como la fascitis plantar, los juanetes o los esguinces suelen ser menos probables cuando nuestros pies se desarrollan libres.

Su suela fina y flexible ofrece una conexión más cercana con el suelo, estimulando la amortiguación natural del cuerpo y permitiendo que cada pisada sea mucho más consciente y equilibrada. Además, al mantener el talón alineado con el resto del pie, estamos evitando una elevación artificial que podría provocar descompensaciones en las articulaciones o incluso molestias en la espalda.

Pero claro, cuando empezamos a usar este tipo de zapatillas para nuestras actividades diarias o rutas al aire libre, es normal que terminen llenas de polvo, barro o de manchas. Por eso, vamos a ver cómo limpiar correctamente unas zapatillas barefoot para que conserven su forma, funcionalidad y un estilo impecable para poder seguir utilizándose durante mucho tiempo. 

Principales trucos para limpiar zapatillas Barefoot

A la hora de cuidar este tipo de calzado, hay pequeños gestos que pueden marcar la diferencia. A pesar de que puede parecer que su mantenimiento requiere más atención, en realidad basta con conocer algunos trucos clave para conservarlas en perfecto estado sin estropear sus materiales.

Elimina la suciedad superficial

Antes de entrar de lleno en una limpieza más profunda, lo ideal es eliminar la suciedad superficial que se va acumulando con el uso diario. Un cepillo de cerdas suaves puede ser tu mejor aliado en este paso. Con movimientos circulares y suaves, puedes eliminar polvo, tierra, barro, arena y otras partículas tanto de la parte superior del calzado —que normalmente es de tela o materiales transpirables— como de las suelas. Este simple paso te ayudará a evitar que la suciedad se termine incrustando o deteriore los tejidos con el paso del tiempo.

Elimina cualquier mancha que tengan

Si tus zapatillas barefoot presentan manchas visibles o restos de suciedad que no han salido con el cepillado, lo más efectivo es utilizar una solución suave de agua con jabón neutro. Te recomendamos humedecer un paño limpio y frotar con delicadeza toda la superficie, insistiendo en las zonas más afectadas. Este método respeta los materiales sin dañarlos. 

Si las manchas persisten, puedes recurrir a una mezcla casera de agua y vinagre, que resulta ideal para eliminar manchas más difíciles sin emplear productos demasiado agresivos. El truco reside en ser paciente y cuidadoso, evitando frotar con fuerza para no alterar la textura del tejido ni tirar de los hilos sueltos, si los hay.

Este tipo de cuidado es especialmente importante en modelos como los de Saguaro Barefoot, disponibles en https://lavalencianacalzados.com/saguaro-barefoot, en la web de La Valenciana Calzados, que han sido diseñados para emular la pisada natural respetando la estructura anatómica del pie. Su excelente ligereza, flexibilidad y sus materiales respetuosos requieren también una limpieza consciente y delicada para prolongar su durabilidad y rendimiento, sin perder ese atractivo look deportivo que los caracteriza.

Extrae y limpia las plantillas

Un paso que muchas veces se pasa por alto pero que puede marcar una gran diferencia es la limpieza de las plantillas interiores. Esta es la zona que más suele acumular humedad y olores, por lo que conviene extraerlas y lavarlas por separado. Puedes hacerlo con agua tibia y jabón neutro, o incluso añadir un chorrito de vinagre al agua para potenciar el efecto desodorante y desinfectante. 

Si, una vez secas, aún notas cierto olor persistente, te aconsejamos espolvorear bicarbonato de sodio sobre las plantillas y déjalo actuar durante unas horas. Posteriormente, puedes retirarlo utilizando un cepillo suave. Gracias a ello no únicamente conseguirás eliminar el mal olor, sino que podrás mantener las zapatillas frescas y cómodas durante más tiempo.

Déjalas secar al aire libre

Después de limpiarlas, es fundamental dejarlas secar al aire. Aunque la tentación de acelerar el proceso en la secadora sea grande, lo más adecuado es colocarlas en un lugar ventilado, como un balcón o una terraza, lejos de fuentes de calor directo. La exposición a fuentes de calor artificial puede dañar los tejidos, deformar la suela o debilitar el pegamento que mantiene unidas sus partes. Por eso, la paciencia en el secado es clave para mantener sus cualidades intactas tras la limpieza.

¿Qué no hacer para limpiar las zapatillas barefoot?

Tan importante como saber cómo limpiarlas es saber qué evitar. Las zapatillas barefoot están diseñadas con materiales específicos que respetan el movimiento natural del pie, por lo que necesitan un cuidado especial. Nunca las metas en la lavadora, ya que el centrifugado y los detergentes convencionales pueden ser demasiado agresivos y terminar deteriorando las fibras, despegando las suelas y reduciendo su vida útil.

Tampoco utilices productos químicos abrasivos como lejía, amoníaco u otros limpiadores potentes. Estos pueden afectar a la transpirabilidad de los materiales y provocar la decoloración de los tejidos, además de dañar el acabado exterior de las zapatillas. Siempre que limpies, opta por soluciones suaves, naturales y efectivas que cuiden tanto el interior como el exterior de este tipo de calzado.

Las zapatillas barefoot nos ofrecen una experiencia de movimiento más natural, saludable y conectada con nuestro entorno, sin renunciar al diseño ni al confort. Pero como ocurre con cualquier prenda o accesorio de calidad, su mantenimiento requiere atención y mimo. Aprender a limpiarlas correctamente no solo te permitirá alargar su vida útil, sino que también garantiza que podamos seguir disfrutando de sus beneficios sin perder un ápice de estilo. Si ya formas parte del movimiento barefoot o estás pensando en dar el paso, no tengas ninguna duda de que cuidar tu calzado es una forma de cuidar también de ti mismo/a.